Un hallazgo casual

Hace más de 20 años había escuchado de la existencia de una serie de partituras a modo de selección de zarzuelas escrita por los propios autores. En conocimiento del auge de la música de salón, música que se practicaba en toda Europa a principios de siglo, una mañana caminando por la calle Espíritu Santo de Madrid, visité una casa de música que tenía por nombre “El viejo Violín”,después de hablar con su dueño y de visitar el lugar, vi en un rincón de la tienda una caja de cartón llena de revistas y partituras antiguas de color amarillento y persistente olor a húmedo. Ante mi sorpresa descubrí que se trataba de partituras editadas por Unión musical y otras escritas a manuscrito con una caligrafía preciosa pero casi ilegible, se trataba de una gran cantidad de partituras, de selección de zarzuelas transcritas para sexteto con piano. Con permiso de su dueño, estudié detenidamente las partituras y comenzó este largo vía crucis de recuperar para los escenarios de España y otros, continentes este material maravilloso, música fresca, música doméstica, amable, inspirada y de enorme buen gusto. Música que nos permite ver la magnitud e importancia de nuestro teatro lírico, abiertamente despreciado por diversos sectores de la “cultura oficial”, incluidos algunos de los autocalificados defensores de la zarzuela.

Después de su lectura la primera reflexión que realicé fue si los arreglos tenían interés musical , si sería posible conservar la atención del oyente ante la inexistencia de las letras y la ausencia del texto. Ahora, después de comprobar el resultado y el rotundo éxito que obtenemos en cada una de nuestras presentaciones públicas, respondo decididamente que sí, que tienen interés y atractivo y no sólo ello, sino que conforman un documento extraordinario para el disfrute y conocimiento de la música por sí sola de cada zarzuela. Es por ello muchas veces “los tempis” de algunos de los fragmentos que interpretamos, no se corresponden con los que el autor escribió para la voz como aria cantada y mucho menos cuando se trata de un fragmento musical que solo es de tipo escénico.

La ausencia de la voz, o del texto en estas selecciones de zarzuelas ha obligado al Ensamble de Madrid, bajo mi dirección y total responsabilidad, a llevar adelante un enorme trabajo en las mismas transcripciones. En muchos casos hemos decidido realizar cortes, corregir y adecuar acordes, para pasar de una manera mas lógica a nuestro tiempo, dejando atrás algún fragmento musical que podría tener poco interés, al no estar la voz ni el texto que es el elemento que contribuye a darle el sentido a la frase o fragmento musical en cuestión.

Este descubrimiento se transformó no sólo en una vocación, de las que he logrado contagiar a mis colegas del Ensamble de Madrid,
sino en un deber por hacer público, y de ofrecer en formato de cámara, tal vez, siempre respetuosos al máximo con el compositor, creo que hemos logrado que nuestros arreglos tengan unidad y ritmo, y que a pesar de los cortes que hemos realizado, ha mejorado el resultado general de la selección, contribuyendo fundamentalmente a que continúen conservando la frescura y la unidad musical de quien los escribió.


Fernando Poblete
Coordinador artístico del Ensamble de Madrid

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